sábado, 9 de agosto de 2014

Valladolid

Cambio de aires radical, pasaba de lugares de costa a ciudades del interior de la península, la primera de ellas era Valladolid. Cuando llegué la primera impresión que me lleve de la ciudad es que era un pueblo pequeño y feo, más tarde me daría cuenta de que estaba equivocado.
Ir cargando con la maleta que tenía una rueda rota era lo peor de verdad, parecía una mula de carga buscando el hostal. El hostal era una gozada, con un jardín precioso, muy colorido y con un desayuno exquisito.
La gastronomía de México es realmente rica y variada, aún no me canso de probar cosas nuevas, así como bebidas de diferentes tamaños y sabores. Los tacos al pastor o las quesadillas de camarón son de mis platos
preferidos, pero todavía no puedo decir mucho ya que me quedan infinidades de cosas por probar.
Mi habitación tenía un balcón muy acogedor donde poder tomar un poco el fresco y cotillear la vida en la plaza.

Por la tarde estuve hablando con un italiano que resulta que estaba en mi habitación y me enseñó la ciudad, el zócalo con la catedral era el espacio más verde y vivo de allí, se estaba genial allí en una terraza cenando. Piero era una persona que le gustaba mucho viajar, muy curioso e interesado por la cultura, en pocas horas hicimos muy buenas migas. Tengo que decir que  aprendí una barbaridad de cosas con él. 



Al día siguiente era el día de una de las excursiones más deseadas: Chichen itza. Agarré un autobús que por cierto fue muy impuntual y allá que fui. Hacía muchíiiiiiisimo calor, era insoportable y había llevado el dinero justo para entrar a la zona arqueológica, así que estuve muerto de sed toda la mañana, creía que me iba a morir. 
Chichen itza como zona está muy bien, la Gran Pirámide es impresionante, no me extraña para nada de que sea una de las 7 maravillas del mundo. Hay otras partes muy bonitas como la zona del juego de la pelota. La zona está llena de gente vendiéndote artesanías e imitando el rugido de un jaguar con una especie de..... (nose que palabra utilizar). Tampoco estaba tan lleno de turistas como me había imaginado así que la visita fue muy agradable, pero muy cansada. 





Por la tarde al llegar al hostal no encontré a Piero, por lo que decidí irme a dar una vuelta por la catedral y ya cenar allí. Probé una marquesita (parecido a una tortita pero dura) que me sorprendió gratamente, además muy barata. 
A la mañana me desperté acribillado por los mosquitos y me tenía que preparar para mi último destino: MÉRIDA, donde iba a pasar 4 días. No obstante, antes de tomar el autobús me fui a dar un baño a un cenote que se encontraba dentro de la propia ciudad, el cenote Zací. La entrada era de 25 pesos, muy poco para la maravilla que era. Un lugar mágico, con agua cristalinas, y escaleras para poder dar saltos. Estuvo muy divertido saltar desde esas alturas, una pena que no pudiera grabarme saltando XD. Había peces, pero no se asustaban cuando pasabas. Es difícil describir un lugar como este.




Me habría encantado despedirme de Piero pero no puedo ser así......

1 comentario:

  1. Valladolid un pueblo encantador, recorrer el pequeño pueblo en bici por la noche es lo mejor, las marquesitas riquisimas y pues que más puedo decir si valladolid me encanto :D PD, creo que en nuestra visita, estuvimos en el mismo hostal por la imagen que tienes.

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