lunes, 11 de agosto de 2014

Mérida

El camino a Mérida se me hizo larguísimo, 2 horas y 30 en un autobús donde hacía un frío del carajo. Nada más llegar a Mérida pillé un taxi para que me llevara al hostal, porque no aguantaba ir arrastrando el maletón durante otra caminata, total por 1 euro que me costaba el taxi…
El hostal estaba ubicado en el mejor lugar de toda Mérida, en el Zócalo. La gran plaza donde se ubicaba la Casa Montejo, el palacio de gobierno, y la catedral, es decir, el punto neurálgico de la ciudad- capital del estado del Yucatán.  Me recibió un chico joven en el hostal y me llevó a mi habitación, las camas era grandes y de las más cómodas en las que he dormido en toda mi vida. No tenía mucho dinero así que tenía que ahorrar, hasta que pudiese sacar de nuevo en el cajero.

Decidí bajarme a dar una vuelta por el zócalo, ya que todos los domingos organizaban como un mercadillo con una fiesta y demás. Al volver al hostal, estaba sentado en el sillón tan tranquilo, cuando veo que entra mi amigo Piero. Fue en plan de “¡No mames way, que jodida casualidad volver a encontrarnos y en el mismo hostal! Empezamos a planear los dos días que teníamos juntos hasta que él se fuera a Chiapas.

Lo primero que hicimos fue ir a informarnos a la oficina de turismo. Los primeros lugares que fuimos a visitar fueron los de alrededor: el palacio de gobierno y sus murales, la catedral, los arcos de entrada a la ciudad y por la tarde nos montamos en un camión que ponía el ayuntamiento gratuito, para ir a la feria de artesanía de un pueblo cercano.





Ya el lunes decidimos ir a ver el Gran Museo del Mundo Maya, casi recién inaugurado y la verdad es que me gustó muchísimo. Estaba dividido por secciones: el origen de la tierra y la extinción de los dinosaurios, el maya antiguo y el maya actual. A la salida nos cayó una pedazo tormenta de la que fue difícil escapar. 






Por la noche acompañé a Piero a la estación de autobuses, mientras charlábamos sobre tópicos italianos y españoles (me enseñó a hacer la verdadera carbonara) “guiño” “guiño”. Me despedí de él aunque en realidad no fue una despedida porque estoy seguro de que iré a visitarle a Roma. 



Las casas de colores 
Coches típicos


Última entrada para acabar con mis vacaciones en el Yucatán :S
En Mérida ya solo me quedaban dos días: uno para ir a Uxmal y otro para improvisar. En el desayuno (que por cierto en todos los hostales estaban genial) comí más de lo normal, porque ya me olía que se avecinaba un día duro.
Agarré un camión en la estación con destino Uxmal, el viaje se hizo muy pesado, durante una hora y aguantando a un niño pequeño llorando todo el rato. Al llegar allí otra vez casi me da la sorpresa porque llevaba el dinero demasiado justo, pero esta esta vez llevaba agua ;)
Se estaba muy tranquilo en la zona arqueológica, muchísimo menos masificada que las demás, y realmente bonita. Lo primero que hice como un subnormal fue seguir el camino que nadie seguía, una indicación que indicaba "Templo de los Falos", se iba metiendo cada vez más en la selva, hasta que llegué a un cartel que indicaba "Peligro con los animales", el camino se iba cerrando y era imposible caminar pero allí seguí hasta que de repente salió corriendo un animal más grande que un perro y yo en la dirección contraria. Una verdadera Odisea.

Después de esto decidí seguir mi camino normal por donde iba todo el mundo. En su conjunto Uxmal me pareció la mejor zona arqueológica, una verdadera maravilla, desde la "Pirámide del Adivino" hasta la "Gran Pirámide", pasando por el "Cuadrángulo de las monjas" y la "Casa de las tortugas" bonitos sitios, pero sin duda me quedo con la subida a la "Gran Pirámide". Las escaleras eran demasiado empinadas y costaba subir debido al calor asfixiante que hacía, pero mereció demasiado la pena.










Las dos últimas son unas de mis fotos favoritas =D

Volver a Mérida fue una aventura, primero esperando 1 horas al camión y luego toda la vuelta de pies agarrado a una barra para no caerse. Al llegar a Mérida estuve hablando con un chico del DF llamado Josh, con el que hice una buena amistad. Fuimos a cenar a un buen sitio con música en directo.
Al día siguiente dimos una vuelta y más tarde a comer a un típico sitio en el que servían un menú completo por 2,50 euros. Un mexicano con mucha cabeza y con las cosas claras, me recordaba un poco a mí en la forma de pensar. Por la tarde ya solo me quedaba preparar la maleta porque a la mañana siguiente salía mi vuelo parta México D.F y después a Guadalajara. Se terminaba el tener que ir moviendo las maletas de un sitio a otro.


Los parques con enchufes XD

No hay comentarios:

Publicar un comentario