Después de ir a buscar a Nadine a su casa fuimos al punto de encuentro, y allí nos reunimos todos para rentar la van, me llevé una grata sorpresa al ver que había dos chicos españoles más, además muy simpáticos. El resto eran dos finlandesas, una francesa, dos alemanas, y otro chileno. Íbamos todos muy cansados durante el viaje, y me ofrecieron
conducir, a lo que no me pude negar. ¡Puedo decir que he conducido en México! Que por cierto es una locura....
A eso de las cinco de la mañana llegamos a la urbanización donde habíamos rentado un chalet. Este tenía una alberca, y muchísimas habitaciones,, todo eso con la playa a dos minutos. Lo malo fue la suciedad.
El viernes lo pasamos en la playa todo el día, jugando al volley y tomando el sol. La playa era bastante bonita, y sin apenas gente.
El sábado decidimos ir a Punta Perula para comer por allí y que nos llevaran en barca a las "islas Cocinas", famosas por sus aguas cristalinas para hacer snorkel. Pero como siempre tenemos tanta suerte, nos tocó el día en el que un huracán tocó un poco la costa de Colima. Estábamos en el restaurante, y comenzó a soplar un viento brutal, acompañado de arena. En un momento, comenzó a caer de una manera bestial y nos tuvimos que meter en la furgoneta empapados. Una verdadera experiencia. Pero aun así, nos fuimos en barco a la isla, a lo loco. Durante el trayecto fui muy mareado, pero estuvo bien divertido con las olas.
Las islas eran de arena blanca, pero como el día estaba revuelto, el agua no estaba muy cristalina. Aun así se podía ver muchos peces de colores, y cangrejos ermitaños. Fuimos con nuestras chelas, y allí estuvimos un buen rato tomando, y saltando desde el barco. Eso sí, dejé mi camiseta al lado de la toalla, y cuando regresé no estaba. La vuelta fue más tranquila, parando a cenar algo y tomando un baño en la alberca.
El domingo, antes de regresar a GDL, nos fuimos Nadine, la chica alemana y la francesa, con la furgoneta, a visitar el centro del pueblo. Tampoco había mucho que ver, pero fue toda una aventura ir conduciendo por allá. Sobre todo porque a la vuelta iba conduciendo Celia y en una de estas frenó demasiado fuerte y el coche de atrás nos metió un meneo importante. Me bajé para ver que pedo pero apenas tenía un rasguño.
Comimos unos tacos dorados y nos volvimos a la casa, para recoger la mochila.
El viaje de vuelta fue rápido, el problema estuvo al volver a casa, porque empezó a llover bien cabrón y era imposible caminar, las calles super inundadas....
Finalmente llegué a casa después de esperar mucho tiempo en un parking. Fueron unos días geniales en la playa, y la última vez que iba a tener más de 10 euros en mis manos XD. El viaje la verdad es que se me hizo un poco carillo para lo que fue.
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